La
teoría del cerebro masculino, propuesta por Baron-Cohen [24], es el modelo más
novedoso para explicar los síntomas del SA y del autismo.
No
cabe duda sobre la existencia de diferencias cognitivas innatas entre el hombre
y la mujer. Se ha podido establecer que la mujer es superior al hombre en las
áreas expuestas en la tabla VIII. Por el contrario, el hombre está más
capacitado para las tareas expuestas en la tabla IX.
Inmediatamente
después de la concepción, se inicia la diferenciación celular en el embrión. En
el sexo masculino el genotipo XY controla el crecimiento de los testes. A las 8
semanas de edad gestacional los testes liberan testosterona. La testosterona
influye en el desarrollo del cerebro de tal manera que al poco de nacer los
niños atienden a estímulos no sociales (móviles), mientras que las niñas
atienden más a los estímulos sociales (caras y voces). Los niveles de
testosterona predicen la habilidad espacial a la edad de 7 años. Estos datos sugieren
que la liberación de testosterona determina aspectos masculinos y femeninos del
cerebro.
De
acuerdo con esta dicotomía cerebro masculino-cerebro femenino, se pueden
establecer distintos niveles ubicados en un continuo, que abarcaría desde un
cerebro equilibrado, es decir, con atributos masculinos y femeninos
compensados, hasta un cerebro extremadamente masculino, que correspondería al
autismo. El SA sería una forma minor de autismo.
Referencia bibliográfica:
J. Artigas. Aspectos Neurocognitivos del Síndrome de Asperger. Neurología Clínica (España) 2000; (1): 34-44. Disponible en: http://paths-ong.freeiz.com/wordpress/wp-content/uploads/2011/07/aspergerneurocognitivos.pdf
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